Mi vuelta al crochet: lo que descubrí al vivir una vida nómada en motorhome

En el año 2021 mi vida cambió por completo. Luego de replantearme el estilo de vida que llevaba decidimos junto a mi pareja vivir viajando.

Lo que no imaginaba era cómo esta gran decisión iba a traer aparejado el resurgimiento del crochet en mi vida. Hoy en este post te cuento este proceso y lo que descubrí en esta vida en movimiento.

Una nueva vida comienza

Realmente creo que este cambio fue un cambio de vida. De vivir en mi casa fija, tener un trabajo (que me encantaba) que me mantenía fuera de mi hogar 13 horas, vivir cansada y estresada pasar a estar 24/7 con mi pareja y mi perro en 6 mts2 recorriendo Argentina, una locura.

Quizás esta idea te horrorice o te maraville pero era lo que queríamos y anhelábamos. Luego de dos años de preparativos en Septiembre de 2021 salimos de viaje los tres sin destino ni prisas.

Nuevos desafíos

Podría contarte cada desafío que se presenta en esta vida que definiría con la palabra INTENSA pero que cada día amo más pero eso se merece un post aparte. Ahora te voy a contar algunos nuevos desafíos que se me presentaron a mí:

  • Ser más flexible
  • Tener más tiempo para mi
  • Replanteos existenciales
  • Nuevos miedos e inseguridades
  • Incertidumbre constantes

Estos son algunos de mis mayores desafíos y menos mal que continué con la terapia jajaja. Pero es acá donde volvió a aparecer el crochet, desde mis primeras puntadas allá cuando tenía 10 años hasta ahora habían Pasado muchos años pero creo que el tejido es como andar en bici, una vez que aprendes no te olvidas más.

La intensidad de esta vida me pedía un cable a tierra, mi trabajo detrás de una pantalla me pedía algo más desconectado y la vida en movimiento me estaba regalando más tiempo.

Aún no recuerdo el momento puntual donde decidí agarrar la aguja pero recuerdo que no me interesaba hacer prendas ya que no me gustaban tanto como las hechas a dos agujas. Estaba muy equivocada…

Investigando las redes sociales crocheteras y en búsqueda de prendas más modernas encontré a Aleli una influencer de tejido romántico.

Jamás experimenté algo así

Cuando retome el tejido no solo le di cuenta que podía hacer economía haciendo mis propias prendas sino que disfrutaba muchísimo el proceso y lucir el resultado final, me sentía empoderarlas y lo que es mejor aún el proceso me fascinaba y me atrapaba como nunca antes me había atrapado algo. Cuando empezaba a tejer sentía que se abría un mundo nuevo donde el tiempo corría diferente y sin darme cuenta pasaban horas (literal no es exageración) y yo sentía que pasaban tan solo minutos. Luego aprendí que ese es el famoso estado de FLOW.

En qué se relacionan el nomadismo y el crochet

Probablemente te preguntes que tiene que ver la vida en movimiento y el crochet . Bueno, se relacionan mucho! Ambas cosas implican cambio constante, lentitud, paciencia y desafíos. Viajando no sabes que puede pasar al día siguiente y tejiendo no sabes si realmente la prenda va a quedarte como queres hasta que no avanzas mucho. Este estilo de vida me permitió tener más tiempo de ocio y de conectar conmigo misma. Ya no tengo a mi familia y amigos tan cerca y no quiero reducir mi vida a una pantalla. Y ahí, en ese silencio en esa quietud aparece el olvidado crochet. Tejer no es solo mi hobbie, es mi medicina, es mi terapia. Cuando cuento puntos mi mente no puede divagar en pensamientos caóticos y miedos (es el lugar favorito de mi mente) sino en el punto que sigue y así, es como una meditación.

Hobbie o trabajo

A estas alturas y después de años tejiendo la pregunta de por qué no me dedico a tejer y vender es recurrente. Probablemente vos también tengas esa duda. Y hay una respuesta y te la voy a contar.

El crochet significa mucho para mí, ahí encontré el estado de flow, la calma, la ausencia de ansiedad, la felicidad. El crochet es un refugio de paz en un mundo acelerado que muchas veces me lleva puesta. El crochet me conecta conmigo y me desafía constantemente.

Soy una persona a la que le cuesta lidiar con las expectativas ajenas y vender un producto a medida es cumplir con expectativas. Me surgen miedos, aflora mi perfeccionismo y comienza a irse el disfrute. El crochet pierde su magia.

Peeeero esto no significa que no venda mis tejidos! He vendido y me sentí muy bien además de recibir buen feedback así que decidí cambiar la forma convencional de venta.

Juan, mi pareja, me sugirió que tejiera por tejer, lo que quisiera, lo que disfrutara y luego una vez terminado a mi ritmo y adaptado a mi gusto lo publique. De esta forma no me pongo ansiosa, no trabajo con las expectativas ajenas y disfruto el tiempo que le lleve hacer una prenda o accesorio. Y ahí apareció este espacio, esta web maravillosa donde reflejó todo mi ser.

Conclusion: el crochet es lo humano que necesito entre tanta virtualidad.

Hoy en día vivimos rodeados de tecnología pantallas e información. Las inteligencias artificiales están por todos lados simplificandonos la vida, resolviéndonos problemas, potenciando nuestros trabajos y hobbies. No niego el potencial y lo maravilloso de todo esto (de hecho trabajo con todo lo que mencioné) pero creo que es necesario hoy más que nunca conectar con lo humano, lo artesanal, la calma, lo lento, lo real!

Sufrí mucha ansiedad por las redes sociales, me comparé mucho, creí que debía estar presente ahí y que si no estaba no existía. Creía que me perdía de algo, pasaba horas generando contenido rápido esperando que gustara (expectativas ajenas siempre presente). Y como corté con todo eso? Tomando distancia de la pantalla y es literal. Desinstalando aplicaciones, restringiendo contenido y aprovechando mi tiempo libre para conectar con eso que me da felicidad: el crochet

Contame…

Ahora me gustaría leerte, quisiera saber si algo de todo esto resonó en vos, que te hizo llegar hasta acá, si tenes algún hobbie o trabajo que te haga sentir en FLOW, alguna parte del blog resonó más fuerte que otra? Me encantaría leerte.

Gracias por llegar hasta acá y nos vemos en algún momento con más reflexiones y experiencias de la Mona crochetera